martes, 11 de septiembre de 2012

Cholula en la diversidad cultural Abigail Cirilo Márquez

En el trayecto hacia Cholula puedo a preciara que el cielo está nublado, el sol está escondido entre las nubes.
A lo largo de este camino los camiones que se dirigen
hacia esta feria van llenos, la gente esta alegre por ir a visitar un lugar que está lleno de historia.

Al llegar a la calle 8 poniente de la ciudad de Cholula puedo percibir que hay gente diferente, hay una gran diversidad, hay gente que va con su familia a disfrutar, conocer algo nuevo, pero también hay gente que viene de diversos lados del estado a vender sus
productos.

En la banqueta hay personas sentadas haciendo sus artesanías y por lo que puedo ver; están contentos.
El clima es templado, con una vista espectacular del Popocatepletl, los pobladores se sientes orgulloso de poder elaborara esas diversas artesanías que tienen un toque mágico, ya que están hechas detalladamente.
Dos hombres que viene de Zacatlán han traído unos maravillosos manzanos, cargados de manzanas, que están muy rojas y tiene un olor muy agradable.
Mientras más sigo avanzando más me impresiono al ver como la gente tiene una gran capacidad para bordar unos rebozos que están hechos de algodón y lana, estas  señoras están sentadas bordando y al mismo tiempo cuidando a sus hijos.
Las cocineras en sus puestos de comida te reciben y ofrecen sus productos con mucha alegría. Huele deliciosa la cecina de Yecapixtla y puedo ver en su publicidad que está acompañada
de queso fresco, rajas rojas, y rebanadas entre verdes y amarillas de aguacate.

Las familias están degustando este platillo que es típico en la feria.
También me llama mucho la atención que una señora está sentada con una falda larga y un rebozo y le está moviendo a un rodillo en una cazuela de barro, que contiene cacao y agua el cual saca mucha espuma burbujeante café, su olor es muy agradable y es una
bebida dulce que se sirve en una jícara.

Al avanzar me encuentro unos hermosos palos de Brasil, que su tronco está largo y grueso, pero tiene muchas hojas de un verde muy bonito, los cuales lo están vendiendo dos mujeres jóvenes que están vestidas con una falda azul plisada, una blusa de color rosa
que tiene encaje en las mangas y el cuello y unos collares de diversos colores, me acerco a preguntarles de donde venían, me contestaron que ¿para qué? , respondí que era para un trabajo de mi escuela, pero me dijeron que no podían contestar eso, hablaban otra lengua.
Al continuar avanzando huelo el sabor agradable del pan de fiesta un típico alimento que no puede faltar en una feria, este pan lo están elaborando un panadero con sus hijos que vienen desde Tlaxcala y al acercarte se siente ese calor del horno y el olor.
Doy unos pasos y me encuentro a un señor que está en un banco y con su pierna derecha
estaba girándole a un pedal, en la parte de arriba con sus manos estaba haciendo pequeñas figuras de barro, el barro estaba húmedo, y el color iba cambiando conforme se iba secando. Te pone una figura en tu mano para que sientas esa textura húmeda del
barro, pero al quitártelo te que da la sensación de que tu mano esta dura ,te pide alguna cooperación voluntaria por si quieres la figura ya que viene desde Amozoc y dice que el trabajo con barro es algo típico de allá.

Dos puestos más y me encuentro un puesto atendido por árabes,   los dueños no son mexicanos, ya que están vestidos en forma diferente, el señor tiene los ojos verdes y delineados, venden muchos productos de cosméticos naturales, o también ropa
típica de Egipto. En ese puesto me agrado mucho el aroma ya que tenían incienso de Egipto con su aroma dulce, la música que tenían era agradable.

 Al seguir avanzando desaparece ese olor y ahora me llega otro de pápalo, miré a mi alrededor y descubrí un puesto de comida .
Enfrente había un señor vendiendo nueces, se veían frescas y fáciles de pelar para hacer unos deliciosos chiles en nogada y dijo que venía de Nealtican.
También venden muebles de cedro blanco y hay una diversidad de estos.
Más adelante me llama la atención una persona de raza africana, es un hombre muy
alto, pelón, musculoso y de piel muy obscura que vendía joyas de acero inoxidable y oro laminado brasileño, esta bisutería es se Turky, Africa el hombre no podía hablar muy bien el español.

Sigo caminando y percibo el olor a nata pues y a tortitas de nata.
De repente escucho cuetes y cuetes, según dice la gente de ahí que es para espantar la lluvia.
Venden trajes típicos de la región y también postales del volcán Popocatepelt y de la iglesia de la virgen de los remedios y enfrente estaba un grupo norteño tocando.
En el área de los juegos mecánicos aún no funciona así que los recorro rápidamente y hasta ahí acaba mi recorrido en la feria de
Cholula con un clima soleado, pero el cielo estaba muy negro pareciera que fuera a llover muy fuerte.

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