Tus agotados pies vienes trayendo entre cantares religiosos, entre teatros falsos, entre dramas verdaderos y lágrimas cristalinas, entre campanas sordas y mudas, entre sedientos cantaros y ahogados ríos vienes trayendo tus cansados pies.
Tus lánguidos brazos vienes trayendo a cuestas entre morrales de plástico, entre tasas enfermas, entre pastillas curadoras, entre hospitales suicidas, entre cajas negras, entre blusas rojas vienes trayendo a cuestas tus abatidos brazos.
Tus sudados pechos morenos vienes trayendo entre montañas azules, entre amapolas moradas, entre cigarrillos de marihuanas húmedas, entre alcoholes crudos, entre sueños incansables, entre viajes efímeros, entre caminos perdurables vienes trayendo tus sudados pechos.
Tus provocativos cabellos vienes trayendo entre mazorcas amarradas, entre piedras podridas, entre cosechas inservibles, entre tierras erosionadas, entre flacas vacas, entre bulímicas hormigas, entre activos zánganos, entre alucinantes estupefacientes vienes trayendo tus provocativos cabellos.
Tus delicados labios marinos vienes trayendo entre canoas terrestres, entre aviones marinos, entre poetas cabales, entre pintores de pinceles perdidos, entre maestros tiranos y aborrecibles, entre casas ilusas vienes trayendo tus delicados labios marinos.
Tu iracundo corazón vienes trayendo entre brazas pasivas, entre tragos rabiosos de brandis colorados, entre coléricos tabacos de intención relajante traes tu maldito e inmaculado cuerpo debilidad de mis brazos y pensares, entre carnes ardientes y espíritus apasionados traes tu corazón , tu iracundo cuerpo amante mía que erectas mis mojadas noches con tu piel morena y fogosa.
Luis Miguel, es estudiante del bachillerato de la BUAP en San Miguel Zinacapan
