domingo, 20 de noviembre de 2011

Escritura extramuros: En el tronco de los árboles del BINE


Un joven encorvado se ajusta las mangas de su sueter para usarlas como guantes. De los agujeros sobresalen unos dedos morenos que toman un plumón negro y se queda con la mirada fija en los troncos de los árboles que se localizan en la entrada de la Escuela Normal del Estado. Mira a los lados para estar seguro de que no es observado y vuelve a observar los troncos recientemente pintados con cal blanca.

Una y otra vez mira de reojo a su alrededor y por fin se decide. Con un cálculo casi exacto coloca los primeros trazos de una escritura que recuerda los testimonios rupestres del paleolítico y escribe:

¿Cómo pensar

que no te extraño,

 si eres todo lo que tengo?



El pulso se acelera, un rubor surge en sus mejillas y avanza al siguiente troco para escribir, con mayor seguridad otro de los mensajes que seguramente lo leerá la persona indicada por la que arriesga su propia estabilidad escolar.

No te alejas de

mi mente

porque no estás físicamente.

Extraño …tu

Dulzura y tu malicia.

Aprovecha el espacio de la anchura del tronco y escribe su última frase, el mensaje a su amada que está por recorrer este espacio.

Tu andar sereno y

tranquilo

Que completan mis vicios...

TE EXTRAÑO 

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