domingo, 20 de noviembre de 2011

El decir es facil, pero pensarlo no. Gemelas pero no iguales Alejandra Sánchez de Ita 1o "D"

A veces, sin que te des cuenta, cuando hablas no mides el daño que pueden causar unas
palabras que son simples o inofensivas, pero pueden destruir la vida de una persona
incluyendo a su familia, hacer que ya no se valore alguien como persona, matar hasta el
suelo su autoestima y pisotear sus sentimientos.
Ese fue el caso de mi hermana gemela, ya que toda la gente que nos rodeaba nos lastimó,
y mucho, porque nosotros como familia también estuvimos muy involucrados para salir y
reparar el daño causado.
Debido a que éramos un poco gorditas, casi toda mi familia nos decía “bolas” y como
éramos dos niñas, a ellos les hacía gracia y les parecía inofensivo.
En la escuela, los compañeros y maestros casi siempre nos comparaban, pero con sarcasmo
y con la intención de ofendernos, o simplemente con el propósito de echarnos a pelear, por
lo regular decían quien para ellos se les hacía la más bonita o la mas flaquita e inteligente,
pero como nuestro amor de hermanas era más grande, pues no nos afectaba tanto o a veces
ni nos importaba el que dirán.
Todo seguía como siempre, pero al paso de unos días, me empecé a dar cuenta que a ella le
incomodaban los comentarios de la gente; yo lo tomé a la ligera, pero después me di cuenta
que ella ya no queria casi comer, salir a dar una vuelta o platicar conmigo,etc.,empezó a
dejar nuestra vida cotidiana, primero fue eso pero después empezó a tomar 10 litros al día
de agua y a encerrarse mucho tiempo en el baño.
Mi familia se percató de la situación pero lo tomamos a ligera todos, pero después de dos
meses nos dimos cuenta, y eso porque fué al doctor; pesaba 35 kilogramos y antes 62,
estaba bajando 13 kilos por mes, imagínense, ella nos empezó a platicar sobre lo que sentia
como pensaba, como se valoraba, también sobre todo hacía en el baño, nos dijo que todo
el tiempo que permanecía ahí, devolvía el estomago en silencio para que no la oyéramos y
hacía ejercicio dentro de él.
Le comentamos toda esa situación al doctor y nos recomendó un psicólogo y nutriólogo,
para poco a poco ir encontrando la solución.
Hoy en día, ella ya está empezando a recuperar su vida y superar este obstáculo al que
nos orilló la gente… Sabemos que este proceso no va a ser muy fácil ni rápido, pero
entre todos habremos de superarlo poco a poco, por lo mientras, mi hermana ya pesa 45
kilogramos, ya vamos para adelante y recuerda: PIENSA ANTES DE HABLAR.

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