Los estudiantes, -o al menos yo-, acatamos el reglamento escolar y lo firmamos por simple compromiso -(es un requisito de inscripción)- pero no nos ponemos a pensar si este está en forma y tiene todas las características que un documento de este estilo debe tener, y sobre todo, no reflexionamos si el contenido va acorde a las obligaciones y derechos que tenemos como seres humanos dentro de una institución educativa.
Un reglamento, como tal, define exactamente el comportamiento que se espera de un alumno dentro de la escuela, el uniforme (si hay alguno), el horario, la relación con el resto del alumnado, etc.; así como las sanciones que se aplicarán en caso de violación alguna. Además debe incluir los derechos de los jóvenes como miembros de una sociedad.
No todo tiene que recaer sobre el alumno; los directivos, profesores y en general, la institución también tienen derechos y obligaciones consigo mismos y con la comunidad estudiantil; sin embargo, estos no han sido redactados dentro del reglamento.
Considero que el código que nos rige no es del todo completo. Hacen falta muchas cosas, entre ellas: los derechos de los estudiantes, no menciona nada a lo que nosotros podemos aspirar dentro de la escuela; complementar algunas de las obligaciones, algunas especificaciones no son completas; incluir los derechos y obligaciones de los profesores, directivos y demás personal, pues a pesar de que tenemos noción de estos, deben estar sustentados dentro de un documento al que los alumnos tengan libre acceso y sean conscientes de la situación de estos.
Cuando los estímulos positivos que recibe el alumno no son aceptados por él, los maestros se ven en la necesidad de aplicarle una sanción para mantener la convivencia armoniosa, aplicando reportes, suspensiones e incluso expulsiones de la institución.
Creo necesario que todas las normas establecidas se hagan valer por igual a todos los alumnos que incurran en ellas, puesto que ha habido casos en los que maestros, a pesar de que el alumno falta demasiado y no presenta examen, lo aprueban con calificaciones no tan bajas; otras donde los alumnos actúan indisciplinadamente y no pasa nada. En cambio, estudiantes que no cometen “delitos” tan graves y se sancionan de inmediatamente y sin derecho a defenderse.
Los justo es valer los derechos de todos y sancionar las faltas, sin importar si el alumno es amigo o familiar de alguna autoridad educativa. La escuela es un lugar donde se ayuda a fomentar los valores, así que hay que hacer conciencia sobre estos casos y honrar la palabra del reglamento.
Cabe decir que no todo en el reglamento está mal, respeto las normas que ahí se establecen y hago lo posible por no cometer alguna falta. Estoy de acuerdo con los deberes de los padres o tutores del alumno, así como en las sanciones que s aplican a cada falta.
Por último, me queda mencionar que todos somos seres humanos con la capacidad de razonar y diferenciar lo que está bien de lo que está mal, así que no hay excusas para hacer cosas que afecten a los demás, lo fundamental es el respeto, creo que sí todos nos respetamos viviremos en armonía.
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